A menudo nos enfrentamos a duelos de manera consciente o inconscientemente y no siempre es por el fallecimiento de una persona querida.
En el sector de la educación anualmente nos encontramos con finales de etapa y con ello la despedida de compañeros y compañeras, familias, alumnos y alumnas, aulas, espacios, rutinas,.. una infinidad de elementos que de un día para el otro desaparecen. Por supervivencia tenemos una gran capacidad de adaptación y eso hace que caminemos hacia nuevos objetivos mediante la curiosidad y la motivación.
Hoy me toca decir adiós. No por final de etapa, sino por la finalización de una substitución. Este curso he tenido el placer de trabajar en cinco escuelas muy 🔝de Barcelona dónde he aprendido, he compartido, he conocido y he querido, pero a la vez también he sentido mucha tristeza. ¿Y por qué? Porque en nuestra profesión es imposible dejar el corazón a un lado y trabajar de manera automática como unos robots. Nos implicamos, celebramos cada éxito dentro del aula, cada progreso, sufrimos cada retroceso, luchamos como equipo, aprendemos a encajar las piezas del puzzle, crecemos. Y eso es todo. ¡Poco se habla del duelo docente!
Es por eso que comparto esta maravilla de cuento, “El corazón y la botella”. Es un recurso muy valioso para abordar el proceso de pérdida y duelo, ya sea porque estén enfrentando de facto una situación real (como la niña del cuento) o de manera anticipada, preventiva, dado que eventualmente tendrán que enfrentar una.
Libro lleno de ternura para todas las edades, que hace reflexionar cuánto ganamos nosotros mismos al entregarnos y abrirnos a nuevas personas y/o situaciones y al poner nuestro amor en todo lo que hacemos.
Para llevarla a cabo, nos sentamos en el suelo todos juntos y en el centro puse una cesta con una botella de cristal, una bola de plastilina, papeles, rotuladores y una silla vacía.
Empecé explicando la historia de la protagonista de la historia con los elementos físicos que se encontraban en el centro. Pudieron ver como el corazón estaba dentro de la botella, protegido, sin estar expuesto a las situaciones que la vida te presenta. Y también lo sacamos a fuera para cuidarlo, escucharlo, olerlo, compartirlo, protegerlo y jugar con él.
Fue un momento muy bonito, muy intenso, donde todos pudimos compartir todas nuestras inquietudes.
Para finalizar la dinámica, todos escribimos un mensaje y los pusimos dentro de la botella de cristal. Para que cuando estemos tristes podamos recordar los momentos vividos en cada etapa.✨
¿Qué dinámicas lleváis a cabo para tratar situaciones relacionadas con el duelo?
Un abrazo🌸
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